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martes, 29 de abril de 2014

Hay un Son que se oye en La Habana



Mi abuelo tenía razón. Ahora entiendo porque se paso casi 80 años queriendo conocer Cuba y en concreto La Habana. Él no pudo llegar a ir, pero yo conseguí cumplir el sueño por los dos.

A lo largo de la vida vas viajando y conociendo lugares. Algunos te hacen aprender, otros te sorprenden con cosas que creías imposibles, de algunos te enamoras, en otros eres tú el que se enamora, y en otros te cruzas con desconocidos que se convierten en amigos. Creo que Cuba reúne todos ellos.

En definitiva, los países y sus ciudades tienen una historia y cada uno de nosotros escribimos sobre esos lugares la nuestra propia. Aquí va la que yo viví...




El viaje comenzó el jueves, muy temprano, en el aeropuerto de México. Desde allí volamos a La Habana, haciendo una parada técnica en Panamá.

Cuba es de esos países que te sorprende desde el minuto uno, yo acababa de poner un pie fuera del aeropuerto y de inmediato sentí como si me hubieran montado en una maquina del tiempo y me hubieran trasladado a los 50, los edificios, la gente, pero sobretodo los coches te hacían sentir en un decorado de película.

Esa tarde nada más dimos un paseo por el Malecón y esperamos a que llegara la otra mitad del grupo y parte imprescindible del viaje: Itxaso y Julen :)

El viernes ya juntos los cuatro, nos levantamos con toda la ilusión y dispuestos a conocer hasta el último rincón de esa increíble y mágica ciudad. Dicho y hecho!!


El equipo al completo con nuestros nuevos amigos



Si hay algo típico en este país son sus colores y sus coches





Para autentica, sin ninguna duda, su gente :)



Y uno no puede visitar La Habana con Charlie, o cualquier amante de Ernest Hemingway, sin visitar los lugares clásicos en los que el solía estar.

El Floridita, el bar más famoso de Cuba, y uno de los más conocidos en el mundo, y es que Hemingway era un cliente habitual, amante de sus daiquiris.




Exterior e interior del Floridita





Admiración del alumno al Maestro ;)



Y si algo me llevo del primer día fue la gente que conocimos. Siempre había oído que los cubanos eran amables y hospitalarios pero nunca me imaginé que además te hicieran sentir de esa manera, uno más de ellos. Una de las frases que repetían una y otra vez era: "Aquí nadie es extranjero, cuando tu pisas Cuba te conviertes en uno de nosotros, ustedes ya son cubanos". Ya podían aprender muchos países, que se enorgullecen de ser grandes potencias mundiales, y empezar a cambiar un poco la forma de pensar.


El sábado era nuestro segundo día y estábamos otra vez con muchas ganas y al pie del cañón para ver todo aquello que no nos había dado tiempo a ver el primer día. Paseamos, de nuevo, por la Habana Vieja, nos mezclamos entre la gente y descubrimos rincones nuevos.





Estaba enamorada de estos coches


Al mediodía hicimos otra visita, en nuestro particular Tour de Hemingway: El Hotel Ambos Mundos, un lugar precioso en el corazón de la Calle Obispo y donde Ernest se alojaba durante la década de los 30.





Y dentro del hotel tuvimos la oportunidad de visitar la habitación donde se alojaba




Y aunque tuvimos que andar mucho, y nos costo media tarde de sudor y dolor de pies, finalmente conseguimos llegar hasta la plaza de la Revolución, porque según Itxaso y yo, toda la gente que iba a Cuba tenía la foto en la pared en la que está la imagen del Che, no íbamos a ser nosotras menos, jaja!


"Hasta la victoria siempre"


Esa noche nos adentramos en la vida nocturna de La Habana, que gran acierto! y ello nos llevo a La Gruta, un pub cubano de salsa que era tal y como yo me lo había imaginado. Por unas horas me sentí como la protagonista de Dirty Dancing 2, Havana Nigths...nada más me faltó ver a Diego Luna por allí, jaja!

En la Gruta conocimos a Lisa y Adrian, dos hermanos de Santiago de Cuba que ayudaron a que la noche fuera más perfecta aun. Que gran noche amigos :)




El domingo si que tuvimos que esforzarnos para abrir el ojo, y es que estés en el país que estés un domingo de resaca, es un domingo de resaca...Después de reponer fuerzas con el desayuno decidimos hacer un plan más tranquilo que el de días anteriores y nos aventuramos a conocer las Playas del Este, la elegida fue TropiCoco.




Gran mañana de sol y bañitos en el mar, que terminó regresando al Hotel Ambos Mundos para ver jugar a nuestro querido Athletic. Los chicos disfrutaron del fútbol en la barra del bar y fumando un buen puro habano. No se puede pedir más.



Y hasta aquí llega la parte de Cuba. El lunes Charlie y yo volamos rumbo a Panamá donde pudimos disfrutar durante todo el día de las diferentes zonas de esta ciudad. Desde la parte colonial del Casco Antiguo, hasta la otra parte del puente donde está el Centro financiero y todos los rascacielos. Gran ciudad que me sorprendió mucho y para bien. Esperamos volver con más tiempo!




La parte antigua de la ciudad


En contraste con la Zona de Rascacielos



Y como no, yo aducida por el mundo del puestito callejero, aunque lo intento no puedo evitarlo, es ver uno y una fuerza sobrenatural me lleva hasta el.





Y con esto doy por terminada una Semana Santa inolvidable, para la que me faltan adjetivos. En cuatro días estos países y la gente me han dado mucho, de hecho más de lo que creía antes de ir. Sus calles y sus gentes me enseñaron que hay otras formas de vivir muy diferentes a la mía, me hicieron ver lo importante que es una sonrisa, que lo que vale la pena no es tener muchas cosas, si no saber disfrutar de las que tengas aunque sean mínimas. Me contagié de esa alegría permanente que ellos tienen, la cual admiro y espero conservar durante mucho tiempo. Ya cuento los días para regresar a este paraíso :)

Y por encima de todo el viaje...Itxaso y Julen, y es que no hay dinero que pueda pagar este reencuentro.. Siempre he creído que la impresión que te llevas de un viaje depende mucho de quien te acompaña en él, y en este caso, la compañía no se podía superar...sois increíbles chicos ;)

La mejor descripción del viaje es este vídeo, un REGALO elaborado por mi Itxasiko...GRACIAS :)









"Viajar es lo único que compras y te enriquece más"

"Viajar es pararse al borde de un mundo y ahí ver más al siguiente"



lunes, 14 de abril de 2014

Mi particular Odisea


Tenía muchas ganas de hacer este post y quería dedicarle tiempo (aunque ya se que eso no es excusa para llevar cuatro meses sin escribir nada, jeje)

Hay mucha gente que por Facebook e Instagram comenta de la envidia que les doy con el clima de aquí, las playas paradisiacas, las aguas cristalinas, etc etc etc. Nada mas lejos de la realidad, obviamente me escapo a cualquier lugar cada vez que puedo, pero mi día a día es muy diferente a beber mojitos en Cancún.


Por eso he decidido contaros mi aventura diaria para llegar a la agencia, el trabajo allí y el regreso a casa...comenzamos!!


8:15 am

Salgo de casa, corriendo para variar...y comienza la primera prueba del recorrido: Caminar cuatro calles, la mayoría de los días con tacones, y con el bolso, el portatil y el taper colgados del hombro, por las aceras del DF. Y os creeréis que es como ir por Gran Vía, moccc! Error!


8:20 am

Una vez superado con éxito este tramo, llega la prueba número dos: Metro Chapultepec. ¿Habéis ido alguna vez al Zoo? Pues eso. No había visto tanta diversidad de fauna desde hace como cinco años que fui al Parque Natural de Cabarceno. Y en esos momentos es cuanto yo me acuerdo de esa estación de Metro en el Ayuntamiento de Basauri, tan limpita, con su anden vacío, con esos suelos brillantes, que hasta le dan ganas a uno de comerse un plato de arroz ahí sentado.

Y me he adelantado, porque antes de entrar ya empieza la odisea. Primero esquivar a los coches que pasan. He llegado a desarrollar un super poder, por el que puedo mirar a ambos lados de la calle y a la vez con una mano estar parando taxis y autobuses y colarme entre ellos (una habilidad tan valida, como cualquier otra).


Todos esos taxis vienen a atacarme, aaaaah!!



Segundo ese olor, tan característico de las entradas de metro del DF, una mezcla como a tacos, suela de zapato, jersey de señor mayor y petróleo. Esas fragancias tan tan ricas, que piensas: 'ojala tuviera un frasquito pa' guardarla y echármela el sábado a la noche'.

Y es en este momento cuando viene una de las fases criticas del camino. Yo lo llamo la fase de riesgo, morir o vivir. Parecen dos pasos sencillos: 1. Pasar la canceladora, 2. Bajar al andén del metro. Pero no contabais con esto, ¿verdad?



Por donde esa masa de gente sube, yo tengo que bajar. Así yo sola, sin chaleco antibalas y sin protectores de lucha libre. Me recuerda a esos documentales de La 2, donde una manada de leones corrían sin piedad hacia la pobre cebra que estaba tan tranquila en medio de la selva. Como entiendo a esa cebra ahora.


8:25 am

Sana y salva dentro del metro! Me felicito a mi misma internamente, otro día más que lo he conseguido. Ahora vienen los cinco minutos que me alegran el día, y es que como me gusta a mi un vendedor dentro del metro. Tenemos desde el popular:

'Damita, caballero...en esta ocasión le traigo a la venta es el chicle Trident, suave goma de mascar, para refrescar boca y garganta, le vale 10 pesos'

Hasta los que venden los Cd's de música, el cortauñas (pequeño y grande en el mismo pack), los guantes para el gimnasio, las pastillas del Broncolin, los tres bolis BIC, el cuaderno de sopa de letras, los caramelos HALLS, y así podía estar enumerando hasta mañana.

8:35 am

Se acaba el espectáculo y toca bajarse del metro. Ya estoy en la estación de Tacubaya. Y creíais que Chapultepec era una odisea, no hombre, Chapultepec es una playa desierta comparado con lo que me toca ver diario en Tacubaya. Nada más llegar un señor vendiendo chicles a gritoooos, le va la vida en ello. Una vez que consigo esquivarle a él y al qué vende las galletas María llegó a las famosas filas de gente para montarse en los taxis compartidos. Para los que no entiendan...existe una forma de transporte que hasta llegar a México yo no había conocido. Se trata de colocarse en una fila de gente e ir pasando en orden y de cuatro en cuatro a unos taxis. Estas filas se dividen en cuatro destinos diferentes. Resumiendo una especia de Howarts y Sombrero Seleccionador, nada más que en vez de ir a Grifindor o Slytherin, aquí vas a Acuario o al Centro Comercial.







Toda una experiencia tanto la espera como el viaje, lleno de adelantamientos, cambios de sentido, calles cortadas y tramos hacia atrás. Lo dicho, hay que vivirlo una vez en la vida.


9:10 am

Llego a la oficina y ahí comienza mi día a día, que se basa en mails, llamadas, Más mails, reuniones, más mails, organizar eventos, más mails, y vuelta a empezar.



Días en los que no hay ni un minuto de descanso


Sorpresas para los clientes



La mesa con un millón de cosas por hacer


Menos mal que no todo es trabajo y siempre hay algún momento para desconectar y disfrutar con los compañeros.

Con mi princes :)



Comidas típicas de los viernes



Y así va pasando el día, hasta que toca regresar a casa. Tengo que confesar que el viaje de vuelta no tiene nada que envidiarle al de ida, y es que en las noches cambió la aventura del taxi por la del Ecobus. A cualquiera le podría parecer que un simple autobús no tiene ningún misterio...si yo os contara, jaja!

Aquí va una foto que pude sacarme un día, y digo pude porque lo normal es que no puedas ni meter la mano en el bolsillo para sacar el teléfono.




Y hasta aquí llega mi aventura diaria, mi Gran Prix del verano, mi carrera de obstáculos.

Como ya decía al principio, no es oro todo lo que reluce y aunque esté en un país que tiene sitios tan exóticos e increíbles como la Riviera Maya, los sitios por lo que me muevo a diario son otra historia totalmente diferente.

Y así transcurre mi vida de lunes a viernes, por eso cada fin de semana lo afronto como unas mini vacaciones que hay que aprovechar al máximo y que exprimo al 200%

Y hablando de vacaciones, sólo quedan tres días para que empiecen las de Semana Santa, y estas sí que no van a ser unas vacaciones cualquiera. Todo, absolutamente todo, desde el lugar, La Habana, hasta la compañía, la mejor que podría tener, me hacen sospechar que este viajé puede convertirse en uno de los mejores de mi vida.




Dentro de una semana estaré de regreso por México, llena de fotos y anécdotas que poder contar por aquí.


Un beso para todos, en especial para los del otro lado del mundo, que ya llevamos ocho meses sin vernos. Os echo mucho de menos, pero cada vez va quedando menos para volver a estar juntos...hasta entonces os mandó toda la felicidad.




"Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir siempre"
Mahatma Gandhi