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viernes, 22 de marzo de 2013

Y el paraíso se llamaba Zihuatanejo




Y haciendo caso de las recomendaciones de Andrew Dufresne (Tim Robbins) en la mítica Cadena Perpetua alquilamos unos coches y nos fuimos camino de esas fantásticas playas del pacífico, esperando que fuese verdad todo lo que el contaba en la película. Tengo que reconocer que no se equivocaba,  en todo caso se quedó corto en los piropos hacia ese maravilloso lugar llamado Zihuatanejo.


El viernes pasado comenzó la aventura. Los 14 montados en tres coches dispuestos a llegar sanos y salvos al destino. La idea original era salir a las 4 de la tarde y llegar para dormir en el hostal que habíamos cogido en Zihuatanejo, pero viendo que se hacia de noche y que el estado por el que viajábamos no era el más seguro del mundo, decidimos hacer una parada técnica en Lazaro Cardenas, un pueblo del que lo único que puedo contar es que tenía un hotel a la entrada de la autopista en el que nos quedamos a dormir.

El sábado nos levantamos y en una horita de viaje llegamos al hostal. No era, desde luego, el mas elegante de mundo pero el estilo hippy que tenía trasmitía un buen rollo increíble del que nos contagiamos todos :)






Fue llegar al hostal, soltar las maletas y directos para la playa. Del resto del día solo puedo decir que fue una secuencia de piña colada, baño en el mar, mojito, baño en el mar, coco-loco, baño en el mar....y así hasta que se nos hizo de noche. Eso sí, entre medias le añadimos una parrillada y una mariscada :P














El domingo queríamos seguir disfrutando de la playa, el sol y los mojitos y la mejor idea que se nos ocurrió fue irnos al Club Med. Un resort increíble en el que desde que entramos nos trataron como reyes (gracias desde aquí a todos los que estuvieron pendientes de que todo fuese perfecto)

La verdad, es que la única pega que tengo sobre este día es que paso demasiado rápido, pero es lo que pasa cuando llevas puesta la mágica pulserita del todo incluido...todo te sabe a poco y nos hubiese gustado quedarnos allí por lo menos una semana más.

No solo la comida y la bebida eran buenas, también tuvimos piscina, velero, kayak, volley...resumiendo un día perfecto!



El clásico OrniSalto



Los camareros del hotel servían en las hamacas de la playa (Definición gráfica de lo que es la buena vida)




Club Med



La imagen de la puesta de sol es inolvidable


La vuelta al DF ha sido dura, pero como no iba a serlo después de unos días en este sitio. Lo bueno es que dentro de menos de una semana volvemos a tener vacaciones, así que habrá que intentar que el viaje supere, o por lo menos iguale, el destino anterior.


Disfrutar de las vacaciones los que las tengáis y los que no disfrutar de la vida, que como decía el dibujo de la habitación del hostal...






Por último, decir que lo mejor del viaje ha sido la compañía...un placer haber compartido estos días con vosotros y espero que haya algún otro viaje para disfrutar todos juntos ;)




Muchos besos desde...el otro lado del mundo!







Ellos también llegaron finalmente a Zihuatanejo





Me doy cuenta que estoy tan emocionado que apenas puedo quedarme quieto y pensar claramente. Creo que es la clase de emoción que sólo puede sentir un hombre libre, un hombre libre que comienza un largo viaje de final infierno, espero cruzar la frontera, espero ver a mi amigo y darle un abrazo y que el pacífico sea tan azul como siempre he soñado y espero nunca más perder la esperanza.

Cadena Perpetua

martes, 12 de marzo de 2013

Home Sweet Home


Demasiado tiempo sin pasarme por aquí a escribir para contar que tal va todo por el DF, pero es que me he dado cuenta de que mis entradas en el blog disminuyen, en la misma proporción que aumentan los buenos planes y la diversión por esta ciudad. Así que siempre que tarde en actualizar será una buena señal, que significará que estoy feliz pasándomelo en grande :)


Muchos días y por lo tanto muchas cosas nuevas que contar. Voy a intentar seguir mas o menos donde lo deje, y eso me lleva al fin de semana en el que se celebró la comida de Jóvenes Vascos en la Euskal Etxea. Si nos centramos en la comida (paella y fideua, a elección de cada uno...si, ya se lo que os estáis preguntando, ¿que tiene de vasco una paella? Así haciendo un calculo aproximado...nada! Yo hubiese agradecido un bacalao, un marmitako, un chuleton...algo mas de la tierra...) la puntuación seria baja bajisima, pero si me centro en el ambiente que hubo y en lo bien que me lo pase tengo que darle un diez.


Siempre he sido de la opinión que cuando se organiza una comida o cena de este tipo, muchas veces el restaurante o el menú son lo de menos (amplia experiencia de cenas en la universidad) y pasan a un segundo plano cuando la gente y el ambiente de alrededor son inmejorables. Algo así ocurrió en esta ocasión, porque al de una hora de estar allí me empezó a dar igual si la paella era mejor o peor, si tenía algo que ver con la que hace mi amama (por supuesto no tenía ni color) o si el helado que daban era el del bote grande de nesttle. Fue un gran día, con muy buenos reencuentros y grandes momentos.






Hay que decir que el comer en un frontón con esta decoración, que tuviesen Pacharan Basarana en la carta de bebidas y que después de comer nos dejasen saltar en una cama elástica fueron ese tipo de detallitos que ayudaron enormemente a transformar ese gran día.


Al día siguiente aun me quedaba algo de energía y nos fuimos a Coyoacan. Aunque está a unas cinco paradas de metro de mi casa, aun no me había pasado por allí  y eso que todo el mundo que había estado me hablaba genial sobre el sitio. Tengo que reconocer que tenían razón y que el sitio me hizo sentir algo especial, que me recordó a cuando en Navidad fuimos a Guanajuato. 


Cada vez que voy a un sitio de este estilo, me reafirmo mas en mi opinión de que siempre he sido mas de pueblo (si es barrio mejor...Aupa Sanmi!) que de ciudad. Para gustos los colores, pero me encanta callejear por este tipo de sitios, pasearme por tiendas en las que venden cosas entrañables y que se oiga el silencio (odio el ruido y el tráfico del DF). Ayudaban también  todos los puestitos de la calle, en los que vendían desde sillas de madera hechas a mano hasta vinilos de los Beattles.  















Entre semana las cosas siguen como siempre: trabajo, gym y alguna que otra excursión a algún hotel o evento. Esta última semana he tenido mucha suerte, ya que nos invitaron a un cocktail increíble también en Coyoacan, en el centro de cultura italiano y pasamos una muy buena noche. Una de las mejores cosas los dos camareros que estaban cortando jamón, ñaaaaaam! 





El viernes pase la mañana en el Hotel Four Season, madre mía que lujo! Viendo ese hotel por dentro uno se olvidaba de cualquier otro hotel en el que haya estado. Y lo mejor de todo es que me parece que las excursiones a este hotel no han terminado, porque muy probablemente el mes que viene tenga una cena de gala allí   =)





Este último sábado hemos inaugurado oficialmente la terraza de los "guadalajaras" con una rica barbacoa y con bañito en la piscina incluido. Cualquier crítica acerca del tamaño de la piscina, lo interpretare acertádamente como envidia cochina por el buen clima y la vidorra que nos pegamos aquí, jajaja!




Y el domingo regresamos a Coyoacan, si es que cuando un sitio me gusta no me canso de ir (ejemplo claro de esta situación es Xochimilco). Fue, de nuevo, una buena tarde que acabo de la mejor manera posible...cenando unos ricos tacos, en esta ocasión de camarón :) Me encantaaan!!






Y por el momento esto es todo. Dentro de tres días hay puente aquí en México (por fiiiiin) y nos vamos unos cuantos de la beca a pasar los tres días a Ixtapa Zihuatanejo, o lo que es lo mismo...sol y playitas del pacífico :) Todo me hace pensar que serán unas muy buenas mini-vacaciones!


A la vuelta, me pasaré por aquí para contaros como ha ido todo!






Muchos besos desde el otro lado del mundo =)










Some guys have all the luck...


...some girls have also all the luck ;)